Tanto el presidente Ollanta Humala como su esposa Nadine Heredia registran este mes sus niveles más bajos de aprobación ciudadana desde el inicio de su gobierno. Humala cae de 21 a 17% y Heredia de 21 a 15%. La mayor caída de la primera dama es un claro indicio de que ella es la que está arrastrando a su esposo cuesta abajo, a la inversa de lo que ocurría al inicio del gobierno, cuando su aporte era positivo.
Las denuncias que involucran a Heredia han sido seguidas con atención por la opinión pública. Así, 75% está informado del caso de la tarjeta de crédito de la amiga, 64% del caso Belaunde Lossio y 53% de las transferencias de Venezuela. Entre quienes están informados, la imagen de la primera dama está sumamente deteriorada. Así, 86% piensa que la tarjeta de crédito de su amiga era en realidad una fachada para cubrir sus gastos personales; 67% que era cómplice de Belaunde Lossio ; y, 81% que el dinero proveniente de Venezuela procedía, en realidad, del gobierno de Hugo Chávez.
La consecuencia de las constantes denuncias fiscales y periodísticas contra Heredia y su entorno es que la principal razón de desaprobación presidencial es ahora la corrupción - hace un año era la inseguridad – y esta razón se ha incrementado de 46 a 54%. Por lo mismo, 84% de la opinión pública demanda que se levante el secreto bancario de Heredia.
La pérdida de confianza de la población en sus dirigentes y la desaceleración de la economía también han ocasionado una caída en la sensación de progreso, que llegó a ser 38% en 2012. En abril, 28% creían que el país estaba progresando, ahora son solo 21%. Y lo que es más serio, quienes piensan que el país está retrocediendo han pasado de 24% en abril a 37% en la actualidad. Es la primera vez desde 2006 que los pesimistas superan a los optimistas.
Si bien el ánimo de la ciudadanía es negativo hacia la marcha del país, la gran mayoría sigue sintiendo el progreso a nivel personal y se muestra optimista con relación a su futuro. Así, 43% considera que está progresando y 51% piensa que estará mejor dentro de un año. Esto sugiere que la crisis de confianza que hoy tiene la población es esencialmente política y que la confianza en el país se recuperará cuando se avizore un cambio de gobierno.
(Alfredo Torres G.)