Vivienda y salud mental preocupan por igual a la juventud española
4 de cada 10 españoles señalan la vivienda como el principal problema de los jóvenes, seguido de la salud mental (29%) y la economía (27%). Para los propios jóvenes, la problemática de la vivienda (35%) está casi al mismo nivel que la salud mental (33%).
En la España actual, la complejidad del mercado de la vivienda sitúa este problema como la prioridad número uno para los jóvenes y, de forma excepcional, alinea a simpatizantes de distinta ideología. Las condiciones de acceso, como precios, fianzas, escasez de oferta o rigideces contractuales impactan en la emancipación, el arraigo en el territorio y la capacidad de ahorro. La vivienda deja de ser una cuestión sectorial para convertirse en un factor determinante de bienestar y de equidad intergeneracional. Así se concluye en un estudio reciente de Ipsos, que analiza cuáles son los principales problemas que enfrentan los jóvenes, que junto a la vivienda, destaca el papel de la salud mental y del entorno económico como elementos que agravan la situación actual de la juventud española.
Desafíos principales: vivienda, salud mental y un entorno económico exigente
Cuatro de cada diez españoles señalan el acceso a la vivienda como el problema más acuciante de los jóvenes en España, seguidos de los problemas de salud mental (29%) y de la situación de la economía española (27%). Estos resultados dibujan un panorama en el que la transición a la vida adulta se ve condicionada por barreras estructurales, por factores psicosociales y por el contexto macroeconómico, todo ello atravesado por el impacto de la tecnología y las redes sociales.
Junto a estos tres bloques, la sociedad española apunta otros retos que configuran el marco de socialización juvenil: los efectos de las redes sociales y la tecnología, incluida la IA (25%), la pobreza y la desigualdad (22%), el bullying y la presión de grupo (19%), el desajuste entre educación y mercado laboral (18%), la violencia juvenil (16%), la calidad de la educación (16%), la escalada de conflictos en el mundo (14%), el cambio climático (13%), la discriminación (9%) y el impacto social de la pandemia (3%).
Un mapa generacional con prioridades compartidas, pero con distinta intensidad
Todas las generaciones comparten el trío de preocupaciones mayoritarias del conjunto de la población, excepto los Baby Boomers, que se desmarcan de la tendencia nacional. Tras la vivienda (46%), colocan los efectos de las redes sociales y la tecnología (28%) y la pobreza y la desigualdad en tercer lugar (27%).
Por su parte, la Generación Z, aunque también señala a la vivienda como el mayor desafió que enfrentan, lo hacen con menor intensidad que el resto de generaciones (35%), situándola al mismo nivel que la salud mental (33%), con solo dos puntos de diferencia. Esto convierte a los jóvenes en el grupo de edad que más subraya la dimensión psicológica dentro de sus desafíos actuales.
La ideología marca agendas opuestas con la vivienda como punto de encuentro
Teniendo en cuenta la orientación política, el ranking de desafíos cambia de forma sustancial. La vivienda actúa como punto de encuentro, situándose así en el primer problema para ambas ideologías, preocupa de forma transversal a izquierda (92%) y derecha (82%)
En cambio, la preocupación por la salud mental se sitúa en el segundo puesto para la izquierda y en el tercero para la derecha, siendo señalada por el 79% de los votantes de izquierda frente a un 52% entre los de la derecha. Así, la economía del país es el segundo mayor problema que enfrenta la juventud para el bloque de la derecha, 8 de cada 10 simpatizantes así lo mencionan, y solo es señalado por un 37% entre los votantes de la izquierda. De esta manera, para la izquierda, la pobreza y la desigualdad ocupan el tercer desafío con un (52%) y solo aparece en la agenda de la derecha para un 31% de sus votantes.
Una juventud percibida con una salud mental y física frágil
La evaluación del estado de salud de los jóvenes por parte de la población general ofrece un diagnóstico preocupante. En el plano psicológico, el 52% de la ciudadanía valora como mala la salud mental de la juventud española, mientras que solo el 13% considera que tienen una buena salud mental. En el plano físico, son más (33%) los que piensan que la salud física de los jóvenes es buena, aunque 1 de cada 4 la califica como mala.
Pero ¿cómo perciben los jóvenes su estado de salud? Pues curiosamente son los más críticos con ellos mismos: un 31% declara que su salud física es mala (31%) frente a un 29% que la considera buena. Cuando tienen que valorar su salud mental, los datos son aún peores, el 55% dice que es mala y solo un 17% considera que es buena.
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