El momento es ahora: La telesalud y el auge de los cuidados virtuales
Los beneficios de la atención virtual ya se reconocían en los sistemas de salud con pocos recursos en todo el mundo antes de la pandemia del COVID-19. El despliegue en la mayoría de los países seguía siendo limitado, ya que se estaban desarrollando procesos de mejores prácticas, modelos de flujo de trabajo y modelos de financiación. Ahora, la pandemia ha impulsado la atención virtual a ser la corriente principal, para que la experimenten muchas más personas en un plazo mucho más corto de lo esperado, pero ¿cambiará esto permanentemente la cultura hacia la atención sanitaria a distancia?
Hay numerosos beneficios de la atención virtual para satisfacer la demanda de atención sanitaria a nivel mundial. La conveniencia de la atención, el aumento del acceso, la mejora de la productividad de los trabajadores al no tener que tomarse tiempo libre para desplazarse a las citas, la disminución de los costes y el ahorro de tiempo de los médicos, por nombrar sólo algunos. Antes de la COVID-19, la atención virtual se estaba desplegando en una capacidad limitada con la expectativa de que se necesitara una mayor comprensión de la forma en que se imparten las "mejores prácticas". A pesar de que algunos servicios estaban ganando terreno, todavía había aprensión con la telesalud en cuanto a qué plataformas utilizar, cuándo y cómo utilizarlas. Utilizando la Encuesta Ipsos Digital Doctor 2020, que hace un seguimiento de la adopción de los médicos de atención primaria y las percepciones de las soluciones tecnológicas en la atención sanitaria en 21 países, entre otras investigaciones de Ipsos, este documento examina lo que hemos aprendido durante la pandemia y lo que esto significa para el futuro de la telemedicina.